La idiosincrasia de Puerto Vallarta se nutre de un crisol multicultural en el que caben tradiciones, idiomas, costumbres, expresiones artísticas y libertad.
En la Bahía de Banderas nos gusta la gente. Todos conocemos una historia o tenemos la propia, de amistades nuevas y auténticas que hemos entablado con personas de diversos lugares del mundo; de haber sido auxiliados en alguna dificultad por personas que apenas conocemos, bien sean compañeros de trabajo o vecinos, y todos tenemos además, una anécdota que habla de un lugar que conocimos con nuestros amigos, de alguna aventura que vivimos por primera vez o algún recuerdo hermoso que nos ha dado esta tierra y su gente. Seguramente todos hemos dicho o escuchado decir que tenemos la fortuna de vivir en un paraíso.
Y sí, Puerto Vallarta y Riviera Nayarit es un lugar maravilloso que sorprende e inspira todos los días: un cielo azul hermoso, lunas espectaculares y soles de un anaranjado increíble. Un mar templado y generoso que relaja e impone y atardeceres que merecen una pausa en nuestro diario vivir.
Pero a poco más de 50 años que han pasado desde aquel primer vuelo comercial internacional que llegara a este puerto, muchas cosas han cambiado. Puerto Vallarta ha dejado de ser «El Pueblo» para convertirse en una ciudad joven y de largas miras. Hoy tiene que hacer frente a retos en su dinámica económica y social que ponen a prueba los paradigmas de lo mexicano. Sin embargo, ni las exigencias de la madurez del destino, ni las dificultades, han conseguido acabar con las hermosas costumbres de la provincia que tanto se agradecen y que dan ese sabor a pueblito que tanto nos gusta.
Puerto Vallarta y Bahía de Banderas un pueblo que abraza
Es maravilloso ver que en algunas calles de Vallarta o de los diferentes pueblitos de Bahía de Banderas, aún hay tiempo para conversar con los vecinos sentados en la banqueta fuera de casa, para llevar a los niños a jugar al río, para cenar en casa de los tíos o los abuelos un rico pozole o para despedir a nuestros muertos «como Dios manda».
En español existe una palabra muy divertida que a los mexicanos nos encanta utilizar, porque cuando la usamos nos da cierto refinamiento barroco, un tanto imposible, un tanto popular: Idiosincrasia. La idiosincrasia es el conjunto de rasgos, temperamentos, carácter, costumbres, etc. de un individuo o una colectividad.
Esto viene a cuento, porque nuestro destino se está reinventando cada momento labrando cada día su carácter, remodelando sus costumbres y ajustando sus temperamentos. Bahía de Banderas se ha convertido en un municipio conurbado a Puerto Vallarta situación que nos llena de orgullo y expansión. La singularidad del nativo o local, su idiosincrasia, es un trabajo en continuo proceso.
Nuestra Bahía es un crisol en el que caben tradiciones, idiomas, costumbres, expresiones artísticas, libertad, colores, confianza, ambición, creatividad, inexperiencia, arrojo y amistad; pero sobre todo buenas intenciones.
«Quizá sea tiempo de mirarnos menos al espejo, y comenzar a mirar por la ventana; mientras hacemos lo que mejor sabemos hacer, atender a nuestros amigos” Andrés Openheimer
Un crisol multicultural
La gente de este hermoso puerto ha recibido de brazos abiertos al mundo y ha asumido el compromiso de buscar permanentemente un balance entre la conservación y el desarrollo; la modernidad y la tradición; entre las demandas del futuro y las virtudes del pasado. El tamaño del reto explica que cada vez sea más la gente la que se involucra, y que hace lo que es necesario para que este paraíso exista para otras generaciones, como hemos tenido la fortuna de que exista para nosotros.
Lo mejor de Puerto Vallarta y Bahía de Banderas está por venir
Lo mejor de Puerto Vallarta y Riviera Nayarit está por venir. Sin embargo día a día se requiere el trabajo de todos. De quienes nos visitan necesitamos retroalimentación, ojo crítico, comunicación. Hoy es fácil, más fácil que nunca conocer a través de la red de las expectativas y las experiencias de nuestros visitantes. Es importante que les hagamos saber a nuestros turistas que su opinión nos importa y nos mueve a mejorar.
De quienes tenemos en Puerto Vallarta y Bahía de Banderas nuestro hogar necesitamos fortalecer nuestros lazos, reconocer y apreciar nuestras virtudes y comprometernos con la superación de nuestros defectos, pero sobre todo necesitamos hacernos responsables del trabajo que nos corresponde, hacerlo con amor, involucrarnos en grupos no gubernamentales y trabajar duro, cosa que los mexicanos sabemos hacer muy bien y el mundo lo reconoce.
(*) Directora de la Biblioteca Los Mangos
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- La idiosincrasia de Puerto Vallarta: un pueblo que abraza - 4 octubre 2018
Que bonita reseña! Mientras avanzaba en el texto pensaba que por fin hay una pluma en esta ciudad que ve más alla que solo lo bueno o lo malo. Y mas linda mi sopresa al leer el nombre de la autora! Gracias Adriana García por dejarme pensativa de nuestro ayer, nuestro hoy y sobretodo del mañana lleno de retos