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El colorido de una ciudad o un pueblo, es uno de los recuerdos que más se queda en la memoria de la gente.Por Karina Macías
Hablar de los colores, es hablar de todo aquello que atrapa nuestra mirada y más aún cuando no has perdido la capacidad de asombro. Mi primer recuerdo de esta bahía sin duda es desde la infancia, cuando el viaje por carretera se tornaba verde intenso. La vegetación cubría casi por completo el paisaje, mostrando la variedad de verdes que yacen en una selva tropical, tupida de árboles frondosos que se anuncian por si mismos ante su magnificencia.
Los colores de la naturaleza
Una vez que terminaba la última curva en la carretera federal 200, llegábamos a lo que se conoce hoy como la Cruz de Huanacaxtle en Bahía de Banderas Nayarit, nombre que caracteriza a un pequeño poblado de la Riviera Nayarit y que hace alusión a un grande y frondoso árbol endémico al que también se le conoce como Parota. Ahí justo en este lugar lo siguiente que veían mis ojos, era el azul del mar que se unía con la tonalidad del cielo y que me daban la sensación de regocijo al saberme en el lugar anhelado; la playa.
En el Aeropuerto internacional, paralelo a la pista de aterrizaje tienes la oportunidad de apreciar esa vegetación repleta de verde y que forma parte del estero Boca de Tomates que se caracteriza por la belleza de sus manglares.
Es muy curioso porque si viajas por avión, prácticamente observas la imagen con los mismos colores, aunque desde otro ángulo claro está. Paralelo a la pista de aterrizaje en el Aeropuerto Internacional, tienes la oportunidad de apreciar vegetación repleta de verde y que forma parte del estero Boca de Tomates que se caracteriza por la belleza de sus manglares.
El paisaje urbano también forma parte de esta paleta de colores que tenemos en el lienzo llamado la Bahía de Banderas. Las construcciones típicas sobresalen por sus tejas de barro color naranja sostenidas por muros blancos, una construcción habitual para los residentes de los primeros años, sin embargo, con el paso del tiempo la modernidad se ha ido manifestado a través de construcciones de múltiples estilos y densidades. Estas estructuras también le han dado otra variante y colores al paisaje.
Otro aspecto que nos brinda otra variedad de tonalidades se encuentran en nuestros mercados, donde los dulces, comida y diversos objetos típicos como: artesanías de la región hechas en madera, cristal, papel, barro, ropa típica mexicana, tapetes, telares hechos a mano, contrastan por su colorido.
Y que decir de la comida, la gastronomía típica mexicana luce y es reconocida en el mundo por sus diferentes colores, olores y sabores.
El color del arte
Las calles de la ciudad también forman parte de este paisaje urbano que le da vida a la bahía, en ellas además de casas de múltiples formas están las galerías de arte, recintos que albergan obras de arte de múltiples características y colores, formas, y realidades. Obras de artistas de diferentes partes de México que comparten espacios y experiencias incluso con artistas del extranjero. En estas galerías la imaginación sobrepasa cualquier dimensión. Una muy característica y llena de colorido es la de las diferentes etnias de la región como el arte Wirrarika, mejor conocido como arte huichol, caracterizado por su gran colorido, a través de piezas de madera incrustradas con pequeñas cuentas de chaquira, telares con formas bellísimas hechas con estambre de colores que muestran su cosmogonía, pasando por aretes y ropa que son característicos de las etnias de las regiones de Nayarit, Jalisco y Zacatecas.
En otra ocasión te contaré más sobre la gran cantidad de colores que puedes encontrar en la Bahía más bella, la Bahía de Banderas.
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