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Las peregrinaciones guadalupanas en honor a la «Virgen Morena» rescatan tradiciones llenas de folclor que enamoran a cualquier turista. Fueron nombradas por la UNESCO patrimonio cultural inmaterial del estado de Jalisco.
Es común que los pueblos con historia usen como principal atractivo sus festividades y tradiciones. Una de las que más genera curiosidad en los turistas provenientes de Estados Unidos, Canadá y Europa, son las que remiten a la convivencia familiar o nuestro folclor. Los festejos religiosas, lo que ocurre en las plazas o mercados, o en cualquier festejo mexicano, reflejan ese abrazo cálido.
Peregrinaciones guadalupanas: puentes de convivencia
En Puerto Vallarta una celebración que año con año gana más adeptos son las tradicionales peregrinaciones guadalupanas. Se llevan a cabo todos los años del 1° al 12 de diciembre. Si bien es un acto religioso, se convierte en todo un evento representativo de nuestra ciudad. Algunas personas participan peregrinando mostrando la fe y devoción a la Virgen de Guadalupe. Otras solo observan pasar la comitiva, interactuando con sus ofrendas en danzas prehispánicas con gran ritmo y atuendos tradicionales. A lo largo del camino se ofrecen música, cantos, vestuarios especiales y por supuesto, comida y antojitos.
Se vuelve entonces el pretexto perfecto para rescatar este tiempo de convivencia, este tiempo de familia, amigos y de intereses en común: la fe.
Para los testigos, este evento se convierte en un momento en el cual la familia puede sentarse junta, papás e hijos y tener una charla alegre y despreocupada. Comparten comentarios sobre los peregrinos, su vestuario y su habilidad para danzar y hacer cantar la tierra, mostrando su devoción con talentosas danzas o música. Es decir se crean puentes de convivencia entre locales y extranjeros que fortalecen las relaciones comunitarias.
Un sendero de la fe para las familias vallartenses
Los festejos a lo largo de doce días se convierten en un sendero de la fe para las familias vallartenses. Los diferentes sectores de la sociedad local y de poblaciones aledañas manifiestan su amor y respeto a la “Virgen Morena”. Se destaca entre todas ellas la llamada “Peregrinación de Los Favorecidos”, la última de los festejos el mero día de la Virgen de Gudalupe. A ella acuden miles de asistentes con fe y agradecimiento por los favores recibidos de parte de la Patrona de América. Desde muy temprana hora, y hasta entrada la noche, los feligreses caminan desde un punto de la ciudad hasta el templo con cantos, alabanzas, danzas y oraciones.
Para los visitantes y turistas se convierte en un evento diferente y repleto de folclor que se representa, por todo lo que se relaciona con la Madre “Tonantzin”. Estas procesiones comenzaron a finales de los 50, cuando ya estaba el Templo de la Virgen de Guadalupe, que fue construido en 1921, conocida hoy como la Catedral de Puerto Vallarta.
Peregrinaciones guadalupanas: Un patrimonio cultural intangible
Por iniciativa de la Dra. Gabriela Scartascinni, investigadora del Centro Universitario de la Costa, con el apoyo del regidor de cultura del Ayuntamiento vallartense, Armando Soltero Macias, se impulsó el nombramiento de las fiestas guadalupanas como patrimonio cultural inmaterial del estado de Jalisco por la UNESCO. Esta representación de la fe que se había convertido en una tradición icónica para la ciudad, fue un pretexto idóneo para los miembros del comité de peregrinaciones del Vallarta Viejo. Junto con la Dra. Gabriela investigadora de la historia oral de Puerto Vallarta, realizaron las gestiones para llevar a cabo dicho nombramiento. Este se concretó en el presente mes de diciembre.
Beneficios en materia cultural y turistica para el destino
En materia cultural, este nombramiento por la UNESCO coloca a las peregrinaciones guadalupanas como un patrimonio cultural invaluable para Puerto Vallarta. Representa un evento en el que la comunidad local comparte creencias, convive con otros y fortalece lazos de unión familiar a través de su idiosincrasia, cultura y tradiciones. Se refuerza la convivencia social y fomentan los valores comunitarios. Estos representan un punto de unión para nosotros y un cálido abrazo para quienes nos visitan esta temporada.
Sin duda estas fiestas en honor a la «Virgen Morena» rescatan tradiciones llenas de folclor que enamoran a cualquier turista.
