México sigue siendo un país muy marcado por la religión y por sus tradiciones. Uno de los platillos con mucha historia pero no tanta fama (tal vez por su temporalidad), es la capirotada de vigilia o semana Santa y Pascua.
Según México desconocido: «La versión más antigua de este postre podemos verla en una copia del libro De re coquinaria, de Apicius, hecha hacia finales del siglo IV y comienzos del V”. Ahí, entre los guisos y las preparaciones favoritas de los romanos de esas épocas, se encuentra la Sala Cattabia, lo que se dice que es el antecedente de la capirotada.
Sin embargo, e 1780, Fray Gerónimo de San Pelayo menciona en su libro de cocina, que la capirotada sin carne está dentro de los platillos de la cuaresma. Esta versión se generó durante la mitad del siglo XVIII, cuando hubo crisis de alimentos y escases de carne.
No se sabe con certeza, pero se ha sugerido que este platillo tomó su nombre del gorro que solían llevar los monjes de las procesiones de Semana Santa. Dicho sombrero se define como un cucurucho enorme con varias superposiciones o capas, es decir; un capirote. De ahí que este delicioso postre lleve el nombre de Capirotada y que su consumo se reserve generalmente para esta temporada.
Capirotada: platillo de Cuaresma
El postre ha sufrido una gran cantidad de variantes a lo largo de la historia, hasta llegar a lo que hoy conocemos como una dulce delicia que disfrutamos en sus diferentes versiones según la zona. Existen Capirotadas hechas con pan frito y bañado en miel de piloncillo, acompañado con queso Cotija, (un queso rallado más bien salado), además de pasas de uva y cacahuates, muy parecido a las torrejas. También está la versión con salsa mexicana, si, leíste bien, jarabe de piloncillo acompañado con jitomate, cebolla y cilantro.
La tapatía con su correspondiente dulce de lechera, pasas, nueces y a veces hasta chochitos de colores, que sería lo más parecido a un budín de pan. En cualquiera de sus versiones puedes encontrar preparaciones dignas de chuparse los dedos, porque este platillo cuenta con registros desde Texas y Nuevo México, hasta Guatemala y Belice.
Mi teoría es, que como durante la época de cuaresma cada quien decide el sacrificio que realizará, además de no comer carne los viernes; la capirotada se convierte en el gran premio por esos sacrificios realizados.
Imagínate que tan popular y gustada es la Capirotada en nuestro país, que en Ajijic, Jalisco, se le dedica todo un evento con música, bailables y concursos. A principios de abril, se llevó a cabo «La feria de la capirotada» en donde presentan los diferentes estilos de preparación y sabores, siendo obviamente el tapatío el más popular.
Dato curioso sobre la capirotada
Si ya de por sí el nombre es raro sobre todo para los extranjeros ¿Puedes imaginar que su significado tiene connotaciones muy distintas según el país o continente?. Por ejemplo en: América significa: Plato criollo a base de carne, maíz tierno tostado, queso, manteca y especias. En España: Aderezo de huevos, ajos, hierbas y otros ingredientes con que se reboza o con el que está rebozado un alimento. En México: Dulce que se prepara con trozos de pan blanco remojado en miel, queso rallado, cacahuates, almendras, pasas y otros ingredientes.
En fin, independientemente de donde te encuentres, no dejes pasar estas en esta semana santa y pascua, sin disfrutar de la deliciosa Capirotada en sus diferentes versiones. Seguramente la que hace tu abuelita será una de tus favoritas. Pero si estás de vacaciones, la puedes encontrar en varios restaurantes de Puerto Vallarta, o Bahía de Banderas en una versión deliciosa.
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La Capirotada de Vallarta y sus alrededores es una delicia! Mi abuela la preparaba con pan blanco dorado en el cómal después de terminar de hacer sus tortillas a fuego manso, preparaba la miel de piloncillos, agregaba canela uunos tres clavos de olor, agregaba jitomate picado y cebolla. Ponía tortillas frías en una cazuela grande de barro y ahí acomodaba el pan y lo cubría con la salsa le integraba, cacahuate nueces , almendras picadas, pasa, queso cobija en pedacitos y la cubría con una tapadera a la medida de la cazuela y la ponía a cocinar a fuego manso en su comal quedaba deliciosa!