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Hoy en día las nuevas generaciones no conocen establecimientos que eran famosos en la ciudad como puntos de encuentro social. Le daban vida al malecón de la ciudad, principal referente simbólico de la comunidad.
Por Alfonso Baños
El único fragmento de espacio público de Puerto Vallarta que se abre por completo al mar es el Malecón, integrado por un paseo paralelo al mar localizado en el centro de la ciudad. Su construcción se remite a 1925 cuando tras el paso de un huracán devastador, fue sugerida su edificación como muro de contención. Con el paso del tiempo y tras sucesivas etapas constructivas, alcanzaría la dimensión que actualmente tiene y sería un referente icónico hasta nuestros días.
Puerto Vallarta en el recuerdo: memorias de los 70
En la década de 1970, se congregaban frente al Malecón muchos lugares que formaron parte de la historia local. Ahora no aparecen en la memoria ni en la narrativa de la cotidianidad vallartense. Muchos de ellos eran restaurantes, como la Cebolla Roja o El Patio, sitios para satisfacer las demandas de comensales de mucho mundo. También estaba I´l Mangiare y Mogambo, donde se unía la buena comida con una decoración seductora.
En la Plaza de Armas estaba Benitos, famoso por el buen servicio y ambiente relajado. Allí las pizzas, espaguetis y hamburguesas eran legendarias por su exquisito sabor. Dentro del local, se erguía orgullosa la escultura de La Sirena, del maestro Manuel Romo.
También destacaban lugares divertidos, como el Hard Rock Café con su auto clásico de época saliendo del muro de la entrada y donde disfrutabas de buenas bandas de rock con música en vivo. Cómo olvidar Casablanca, con una activa vida nocturna donde se congregaba lo más variado de los turistas y lugareños.
Carlos O´Brians, el favorito
Pero quizá el espacio más emblemático de todos fue el Carlos O´Brians. Estaba ubicado en la esquina de la calle Pípila y Paseo Díaz Ordaz, que ahora es peatonal. Su popularidad se la ganó a pulso por la frescura de su propuesta, donde todos los asistentes eran tratados con el mismo fervor e interés, sin discriminar edades, posición social o género. El “Carlos”, como popularmente le llamábamos, era el lugar por excelencia para iniciar la fiesta, encontrarse con artistas, deportistas y personajes famosos o bien con los amigos y la familia.
Hoy, la vocación de los negocios que tienen frente al Malecón ha mutado para convertirse en la principal pasarela de antros de la localidad.
En este proceso, vimos diluirse el glamour y la familiaridad que caracterizaba a este espacio público esencial en la vida vallartense. Por eso recordamos con nostalgia aquellos lugares que se nos fueron y que son dignos de recordar.
